Vida Freelance

vidafreelance_fb_bl

Dentro del mundo de la creatividad siempre me he sentido en el medio. Me explico. No soy una artista transpirando ideas al caminar, pero tampoco llego al punto de delegar mi cuota diaria de inspiración a Pinterest. Estoy en el medio.  Digamos que soy un balance entre una hoja de Excel y una pintura; entre esos dos conceptos me muevo.

Y me funciona. Porque si andara tan iluminada todos los días nunca podría aterrizar las ideas,  y con tanta inspiración por los aires me habría aburguesado un tris o me iría detrás de cada cosa perdiendo foco.

Voy a matizar un poco.

Cuando tenía un empleo formal y tradicional, eso de perder el foco era poco probable: cumplir horarios (sobre todo en televisión), metas, agendas, tener jefes,  y que una emisión en directo dependa en gran parte de ti, te hace ser muy productiva, previsiva y práctica. Idea  que no funciona se descarta inmediatamente y sin perder tiempo buscas una alternativa, lo reemplazas y empiezas de nuevo. A mi me pasaba que mientras más inconvenientes tenía, cuando la gente me cancelaba una entrevista, cuando lo que tenía programado se me desbarataba o cuando me pedían algo de un día para otro, al principio enloquecía pero casi al tiempo me llegaba la idea ganadora o la solución para el imprevisto. El conocimiento de dichas  maniobras se quedaba entre mi puesto y el puesto de mi jefe, para el resto del equipo de trabajo las peripecias detrás de la realización de mi programa sencillamente no existían. Ahora me doy cuenta de que respondo bien trabajando bajo presión, aunque no me guste. Conservar la eficacia se me facilitaba en cuanto más organizada tenía la agenda, proyectándome en términos de semanas y meses, y con una buena base de datos que cada día hacía crecer  más.

vidafreelance_2_bl

Con esta vida freelance que llevo ahora, el asunto de la productividad cambia, porque si bien la presión por conseguir objetivos sigue ahí, sí te vuelves un poco más flexible con tiempos y horarios. Como que te respetas menos esos aspectos, que no debería ser así, pero ese es mi caso. La rutina con el manejo del  tiempo y la búsqueda de ideas ha sufrido muchos cambios y yo de paso he sufrido con eso porque confieso que no logro organizarme como me gustaría.  Hay muchos tips de productividad por ahí dispersos en Internet y montones de blogs llenos de ideas e infografías con la rutina perfecta para organizarte,  y doy fe que muchos de ellos funcionan porque recogen la experiencia de otros que andan en las mismas que yo, buscando el balance, pero con el tiempo me he ido dando cuenta que esto se logra poco a poco, que cada uno tiene su propia fórmula y que también depende mucho de la personalidad.

¿Zona de Confort?

Desde bebés nos introdujeron en una rutina que de alguna manera fue necesaria para que todo funcionara más o menos bien, pero no se puede negar que este sistema marca un poquito. Si desde los 4 años (los más afortunados, porque a la mayoría los ingresan a guardería desde antes del año) estamos saliendo de la cama a las 6 de la mañana, (a mi me tocó de noche con la hora Gaviria) vestiditos con nuestros pequeños uniformes, con la lonchera lista desde la noche anterior, llegando puntuales al colegio, cumpliendo metas y objetivos, siendo aprobados o desaprobados con calificaciones en forma de carita, regresando a casa, almorzando a la misma hora, hacer tareas, ir a la cama temprano y empezar de nuevo al día siguiente. ¡Y esta misma rutina un día tras otro alrededor de 18 años durante nuestra formación académica, sin contar si decidimos agregarle más estudios de posgrado!, es imposible que esto no nos deje un patrón de comportamiento del cual es difícil salir,  aunque necesario, cuando ya no dependes completamente de un sistema dirigido por terceros.

Emprender es aprender a caminar de nuevo, tal cual:

Nadie me dice qué hacer, a qué hora debo levantarme ni a cuál sería conveniente acostarme. No soy subalterna de nadie, nadie revisa mis metas ni me da reconocimientos. Nadie supervisa mi horario, no hay ascensos y nadie puede despedirme. Es por eso que es tan difícil. Todo depende de mi propia voluntad. Es salir de la verdadera zona de confort.

La motivación la pongo yo, el trabajo lo busco yo, los horarios los establezco yo. Y si todo sale bien o no tan bien es inevitable no culparme a mí misma, o premiarme también. Todo eso depende esta vez de mi.  Es un largo camino porque lo inicias siendo adulta. Por eso cuando hablo con otros emprendedores coincidimos en que los hábitos necesarios para llevar con éxito una iniciativa de trabajo independiente deberían sembrarse en nosotros desde pequeños, cada uno desde sus talentos particulares, porque aunque emprender no sea el camino para todos, son prácticas vitales en toda empresa humana.

vidafreelance_3_bl

Mi tarea entonces es por ahora adaptarme a este estilo de vida, ser exigente con mis tiempos como lo hacía antes. Las agendas, post-it, notas, calendarios y aplicaciones siguen siendo mis mejores amigos, pero para aumentar la efectividad y conseguir los objetivos que deseo tendré que seguir hurgando en mis habilidades, en lo que me mueve y para lo que soy buena. Aprender siempre es clave, capacitación constante y exigente, y rodearme de las personas que entienden esta nueva lógica.

¿Algún consejo para mi? Todo el conocimiento colectivo es útil en estos casos, ¡ayudémonos!

Te espero abajo en los comentarios.

Recuerda que puedes seguirnos también en nuestras redes sociales. Estamos en varias: Facebook, Instagram, PinterestTwitter, Youtube

¡Hasta la próxima!

banner deja tu correo

2 comentarios en “Vida Freelance

  1. Hola, excelente tu artículo. Es totalmente cierto: El aprendizaje debe ser siempre constante, buscar nuevos conocimientos que nos ayuden a mantener actitudes positivas ante la vida. Consejo? Sigue adelante, persigue tus sueños, ellos conocen el camino.

    Me gusta

Deja un comentario