El Superhéroe

Emprender desde el punto de vista de Alejo

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Cuando decides renunciar a tu trabajo estable te sientes liberado. Los primeros días siendo tú el jefe, comprar el mobiliario de la nueva oficina, distribuir el presupuesto que tenías ahorrado para el gran día y hacer el check list de los equipos que necesitarás, es una sensación increíble. Tomar el control de los próximos años de tu vida productiva y reflexionar constantemente el por qué no lo habías hecho antes,  es recurrente.

A todos nos ha pasado. Hay un punto en la vida laboral en el que te sientes estancado. Según tú, ya has aprendido lo suficiente de tu área, de cómo se mueven las cosas en la industria y de tu rol en ella. Llega un momento en el que vas repitiendo una y otra vez las mismas tareas, andas  en piloto automático, sobre seguro, programado.

La rutina ha llegado.

Claro, hay sentimientos de culpa a ratos, sobre todo cuando piensas en tantas personas de tu generación y de tu misma profesión que no han ejercido aún, que están desempleados y esperan por una oportunidad. Mientras tu, con trabajo estable, oficina bonita y buen ambiente laboral, ¿qué van a pensar de mi?. Aunque el sentimiento es intenso,  dura cada vez menos  y le gana el deseo de ser independiente, de abrir tu propio camino.

Hasta aquí esta es una situación que viven muchos profesionales. Pensar en el trabajo ideal es una fantasía diaria, que una vez entra en tu cabeza es difícil hacerla desaparecer. Una vez escuché decir a un periodista colombiano que estaba presentando su primer libro después de muchos años de ejercer, que ese escrito se había convertido para él en una carga tan pesada, que sólo el día que lo publicara podría descansar. Era ya una obligación personal. Algo similar sientes cuando te entra la idea de emprender.

buzz_el_superheroe_jun12Si a eso le sumas que en lo personal estás también en etapa de cambios y reajustes, con ganas de puntos de giro, ¡alerta!, porque estás demasiado vulnerable y en ese punto ya no hay vuelta atrás, tarde o temprano vas a llegar donde tu jefe con la carta de renuncia en las manos. Este momento es muy particular porque sientes nostalgia e incluso dolor por el empleo y la historia que dejas atrás, por lo general hacemos nuestro trabajo con pasión, con amor y responsabilidad, damos el 100% o más. Pero por otra parte, la sensación de libertad y de confianza en sí mismo es muy grande, es aquí cuando entras en la etapa del superhéroe.

Deseas con todas tus fuerzas poner a prueba tus capacidades,  sientes que puedes con todo. Lo primero, estableces tus horarios, tratando de seguir una disciplina que no cree conflicto entre lo laboral y lo personal. Dejas a punto tu oficina con todo lo necesario, retomas viejos contactos para establecer alianzas, defines tu público objetivo y presentas tus servicios. Te sientes el dueño del mundo, o por lo menos, de tu mundo.

El negocio marcha lento pero tu determinación sigue firme.  Los cuestionamientos de familiares y cercanos no se hacen esperar, algunos mirarán con desconfianza tu proyecto. Otros esperarán que tengas utilidades al mes de iniciar e incluso harán sugerencias constantes para que busques trabajo en tu sector. Pocos, muy pocos creerán en ti. Al emprender, esto es casi seguro. Nadie es profeta en su tierra.

Si algo hemos aprendido siendo autónomos es a confiar en nosotros mismos. Sí, puede sonar muy triste que justo las personas más cercanas a ti no crean en tus ideas y te juzguen, pero la lección que deja esta experiencia vale la pena.

Creer en ti, confiar en tu instinto y en tus capacidades específicas. Para muchos es más cómodo quedarse en el empleo con contrato indefinido y sueldo fijo, aunque no sean felices. Salir de esa llamada zona de confort no es fácil y esto no debe juzgarse mal, porque también se puede ser feliz allí. Se trata más de una cuestión de personalidad y de una manera de ver el mundo.

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Emprender exige mucho a nivel emocional,  porque debes estar preparado para sentirte un superhéroe o el más tonto de todos en cuestión de días. Quienes han superado esta primera etapa en la vida empresarial afirman que es eso, una etapa,  y que las molestias iniciales comparadas con la satisfacción de controlar tu vida laboral y realizarte como profesional justifican todo esfuerzo.

La mayoría de los  superhéroes surgen cuando un evento traumático les obliga a ello o cuando el momento de explotar sus capacidades ha llegado. Por eso si al iniciar un nuevo proyecto personal o laboral te has sentido así, no estás tan perdido como crees. Sal al mundo, sé el héroe de tu historia.  ¡Salta!, en caída libre o con paracaídas, igual estarás saltando. Inicia como puedas o como quieras, de tiempo parcial o total, el punto es iniciar y no esperar más.

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Ahora dime:

¿Has sido superhéroe en algún aspecto de tu vida?

¿Te has encontrado con más de un villano en el camino?

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2 comentarios en “El Superhéroe

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